miércoles, 12 de noviembre de 2014

Indigestión

Su boca, dientes de ajo, despiden el hedor de la miseria al hablar. Sus palabras atraviesan mis oídos como pequeños alfileres retorciéndose en mis conductos auditivos. Y trato de tragarlas... Metal empobrecido llega hasta mi estómago. Me espera una larga digestión.

1 comentario:

montesinadas dijo...

Hola profe me quedo por tu casa, duras las palabras , debe ser un interlocutror poco agradable en compañía. Abrazos