domingo, 22 de junio de 2014

Como la tormenta

La tarde prometía. Los niños jugaban en el parque. En los bancos, los mayores charlaban de tiempos mejores. Sobre el césped, había jóvenes jugando a las cartas y alguna pareja demostrando su amor. La tormenta no tardó en aparecer. Se levantó aire trayendo el olor de la inminente lluvia. Al poco empezó a tronar. Los pequeños lloraban asustados obligando a sus padres a marcharse. Con el primer rayo, los mayores y los muchachos se despidieron de los suyos. Con las primeras gotas, los amantes salieron corriendo… Me quedé solo esperando a la parca. La muerte es inevitable, como la tormenta.