Nunca me preguntas lo que pienso, lo
que quiero. Te limitas a observar de lejos cómo me equivoco para
pisarme, te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Mientes, nos utilizas para justificar
tu derrota. Engañas a los que te quieren, sufres de mentira... Nos
conviertes en tus víctimas, nos arrastras a tu fango, nos humillas y
te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
No me hablas, no me miras, no me
consideras como parte tuya, me pisas, te ríes, disfrutas y no sabes
lo que eso me duele.
Ordenas, mandas, eres dueño y señor
de todo lo que hay, hacemos, decimos... Nos pisas, te ríes,
disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Me duele. Me duele pensar que realmente
eres así: duro, frío, sin sentimientos... Tú, que un día debiste
querer, sentir, y ahora te transformas en ese inmenso nada que pisa,
disfruta y se ríe de nuestra pena.
No creo que nunca pueda quererte, pueda
considerarte en mi historia.
Has transformado mi vida en este
pequeño infierno que es mi corazón y que me quema, no sabes ni cómo
ni cuánto.
No creo que nunca vuelva a mirarte a
los ojos creyendo ver algo en ti, solo veo cómo pisas, disfrutas y
ríes...
No sabes lo que eso me duele...